viernes, 15 de febrero de 2008

KAUTILYA

Gran parte de nuestro conocimiento acerca de la política estatal en virtud de la Mauryas proviene de la Arthashastra escrito por Kautilya (más conocido popularmente como Chanakya), que era un Brahmán ministro del Chandragupta Maurya. A pesar de que fue escrito a finales del siglo IV aC, que parece haber sido redescubierta sólo en 1905, después de siglos de olvido.

El tratado en su forma actual, es más probable que el texto escrito por Kautilya, aunque ese fuera la base.El libro, escrito en sánscrito, analiza las teorías y principios de rectores de un estado. El título, el Arthashastra, que significa "la Ciencia de los Materiales de ganancia" o "Ciencia de la Política", no deja dudas acerca de sus fines.

Kautilya recomendó el trato humanitario de los soldados y los ciudadanos conquistados. En particular, sostuvo que era conveniente adoptar una política humanitaria hacia el pueblo derrotado y señaló que si un rey masacrara a los derrotados, atemorizaría a los reinos vecinos y a sus propios ministros, mientras que podría ganar más territorio y granjearse el apoyo de sujetos más leales, si tratara a los vencidos magnánimamente. Kautilya recomendó que el rey conquistador debería ordenar la liberación de todos los prisioneros y ayudar a los necesitados, los desamparados y los enfermos. Instó así al establecimiento de una conducta justa para una política militar sólida. Al adoptar esa postura, Kautilya seguía el consejo tradicional que dan los Dharma Sastras, según los cuales los arios condenan que se mate a quienes hayan depuesto las armas, a quienes tengan el cabello despeinado, de quienes junten las manos a modo de súplica o a quienes estén huyendo. Afirma que el conquistador justo queda satisfecho con la obediencia del gobernante derrotado.

Kautilya también sostuvo que la norma fundamental sobre los bienes inmuebles era que no pertenecían al vencedor por derecho; sólo los carros, los animales y el material de guerra pertenecía a las fuerzas vencedoras. El rey debería examinar personalmente todos los bienes capturados, conservar una parte para él y distribuir el resto entre sus fuerzas armadas, según el rango de cada miembro.